lunes, 20 de octubre de 2008

Divulgadores de tecnología; dos historias de éxito dentro de Microsoft


Dos experiencias dentro de la compañía Miacrosoft fueron contadas en el marco del foro de profesionales de tecnología

Miguel Muñoz y Héctor Obregón narran sus experiencias en Microsoft. Muñoz, recibió un premio por parte de Bill Gates; Obregón tiene el “poder” de criticar los nuevos productos

PLAYAS DE CARMEN, QUINTANA ROO.- Son historias sin duda de éxito. Éxito cuyos resultados son ayudar a sus semejantes a capacitarse en nuevas tecnologías, actividad por la cual no reciben ninguna remuneración; es totalmente voluntaria y motivada por la pasión de conocer y aplicar nuevos productos.

En el marco del foro de profesionales de tecnología y desarrolladores de Microsoft que se lleva acabo aquí, Armando Halbinger, director de Desarrolladores de Tecnología, destacó la trayectoria de dos de estos integrantes de comunidades de divulgación tecnológica.

Miguel Muñoz desarrolla su trabajo en Puebla. Es MVP (most valuable player) desde 1995 en la categoría Visual Developer – Visual Basic; está trabajando con el gobierno de su estado con un centro de innovación de Microsoft ayudando a certificar conocimientos a jóvenes. Tuvo la fortuna de recibir un premio de manos de Bill Gates.

Héctor Obregón es MVP y socio de Microsoft. Además es regional director, un título muy selecto que da Microsoft a uno o máximo dos personas por país. El concepto que presenta es tanto como experto de tecnología como también de alguien que puede compartir la visión completa de Microsoft no sólo desde el punto de vista técnico sino de negocios. Es un gran emprendedor con una historia de altibajos empresarial.
“Ha logrado sostener el capital de riesgo, que es como el gran sueño de la gente que dice “¿cómo le hago para sostener capital de riesgo?”. De tener cero pesos a de repente tener millones en la cuenta; ese gran sueño que la gente tiene Héctor lo vivió”, señala Halbinger.

Muñoz comparte el proceso de apoyo a las comunidades poblanas. Cuenta que al salir de la universidad se dio cuenta que algo le estaba faltando en materia de conocimientos tecnológicos. En 1995 empezó a trabajar con el proceso de certificación de Microsoft y se convirtió en un instructor certificado Microsoft, hasta la fecha. En 2003 hubo un acercamiento con la empresa para saber cómo estaba la capacitación en materia de .net y es cuando surge la comunidad de desarrolladores de Puebla. El objetivo es, recordando la época en que él necesitó ayuda, dar la oportunidad para apoyar a la gente; muchos se acercaron, otros no.

Inmediatamente crearon su propio sitio y han colaborado con organizaciones como Ineta, que les dio una salida fuera de Puebla, hasta llegar a países como Argentina. Su preocupación siempre ha sido compartir sus conocimientos.

Agrega que hay una crisis relacionada con la falta de capacitación. Muchas empresas buscan gente, pero no encuentran la idónea; otras buscan trabajo, pero tampoco lo hay para el nivel de conocimientos que tienen.

En el Centro de Innovación Tecnológica de Puebla, agrega, hubo un acercamiento con él para recibir apoyo en capacitación para recién egresados de las carreras. “Coincidimos en el sentido de que ellos querían apoyar a los recién egresados para generar fuerza para las empresas y a la gente”, dice.

No duda en calificar como un caso de éxito el que desde el año pasado se pudo reclutar desde todos los rincones de Puebla a más de 50 personas y fueron seleccionados 26 que recibieron becas del gobierno; 13 ya lograron su primer examen de certificación.
El objetivo es que mejoren y se desarrollen profesionalmente, a la vez que se les da fuerza a las empresas con mano de obra calificada, señala.

Dice que el premio que recibió de manos de Bill Gates fue “por pura casualidad”. Durante un evento en Tlaxcala Muñoz estaba encargado de una conferencia sobre cómo hacer gadgets; les dijo cómo hacerlo y publicarlo; además los invitó a participar en un concurso; se inscribió con un gadget de la Real Academia de la Lengua y obtuvo el cuarto lugar entre 35 participantes. Luego de ahí vino el distinguido premio.

Héctor Obregón, por su parte, habló de su experiencia de éxito.
“Un punto que me gustaría resaltar es que estas comunidades (de desarrolladores de tecnología) son independientes de Microsoft, lo que es clave porque se puede dar una retroalimentación honesta a Microsoft de lo que está haciendo bien y lo que está haciendo mal”, señala.

Cuenta que de niño fue a una comunidad de computadoras ataris en Coyoacán, y ahí aprendió el concepto de comunidades.

“Para las empresas la mejor gente es la de las comunidades porque actúa como un filtro natural de a quién le apasiona lo que está haciendo. Para mi eso es lo más importante; mucho más importante que la capacidad es la pasión, porque una gente que tiene mucho deseo de aprender algo, lo que le gusta, no se va a limitar para lograr sus objetivos y la comunidad atrae a las personas. Como las comunidades no te pagan, en muchos casos no hay un reconocimiento oficial, sólo vas porque te gusta la tecnología, son excelentes filtros de empresas para decir ésta es una persona que realmente le gusta lo que hace. Dedica su tiempo a eso y es la gente más apasionada y particularmente atractivo desde del punto de vista empresarial”, señala.

También destacó la importancia del Programa Regional Directores, el cual es un grupo internacional (hay 130 personas en todo el mundo, máximo dos por país) y básicamente es una comunidad que le da retroalimentación a Microsoft desde el punto de vista de tecnología, pero combinado con negocios. “Nos toman muy en cuenta y la retroalimentación a veces es “muy brutal”. Cuando sale un producto de la competencia le decimos con toda claridad qué es lo que sentimos o qué es lo que está haciendo mal, cómo se están percibiendo las cosas en el mercado”, explica.

Agrega que en esta comunidad en general hay un perfil más o menos empresarial o de ventas y sus integrantes le pueden decir a Microsoft con toda confianza cómo ven ciertos productos. Finalmente criticó que las empresas no inviertan en capacitación tecnológica.

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