San Valentín es una de esas fiestas que, hagas lo que hagas, estás vendido. Si no regalas nada a tu pareja ella pensará que eres muy poco romántico y que has perdido el interés en la relación –aunque públicamente reniegue de la fiesta-. Por otra parte, si le regalas algo corres el riesgo de caer en la horterada más aberrante. Afortunadamente, las chicas son ya tan tecnológicas como los chicos y los gadgets siempre son un buen recurso para regalar algo útil, romántico y, sobre todo, digno. Algo que ella no se sienta tentada de lanzarnos a la cabeza según abra el envoltorio. Si no estáis seguros de la reacción, siempre podéis esconder el regalo hasta un día en que no lo espere.
jueves, 12 de febrero de 2009
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